palabra viva y eficaz

martes, 7 de junio de 2011

LA ETERNA SEGURIDAD DE LOS SANTOS.

Creemos en la eterna seguridad de los santos;
en primer lugar, porque son de Cristo que jamás perderá las
ovejas compradas con su sangre y que le han sido entregadas
por su Padre.
En segundo lugar, porque Él les da vida eterna,
y siendo eterna, no puede tener fin, a menos que el infierno,
el cielo y Dios mismo tengan fin. Si puede extinguirse la vida
espiritual, es evidente que no es vida eterna, sino temporal.
Empero el Señor habla de una vida eterna, lo cual excluye toda
posibilidad de fin.
Nótese, además, que el Señor afirma categóricamente:
«Y no perecerán para siempre». Mientras las palabras
tengan significado, podemos estar seguros de que los creyentes
no perecerán. La incredulidad más obstinada no podrá
tergiversar el sentido de esta declaración.
Para completar esta afirmación, declara que
su pueblo está en su mano y desafía a todos sus enemigos a que
se lo arrebaten. Esto es de todo punto imposible aun para
el mismo infierno. Estemos seguros en las manos del Señor
Omnipotente.
Echemos a un lado todo temor y confianza
de la carne y descansemos tranquilamente en las manos de nuestro
Redentor.

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